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Dependencia al celular: estos son los síntomas que confirman mi adicción



El celular tiene diferentes roles en nuestra vida, lo que lo convierte en un dispositivo esencial para la mayoría de tareas diarias, desde comprar alimentos o pagar facturas hasta hablar con familiares o resolver asuntos del trabajo. Todo esto, sumado al consumo de contenido en redes sociales, puede generar una dependencia al teléfono, al punto de convertirse en una adicción.


El miedo a no tener y usar el celular se le conoce como nomofobia. Una situación que se presenta por diferentes motivos y se evidencia cuando pasamos algunos minutos u horas sin entrar al móvil para revisar cualquier elemento en pantalla.

Así que para entender mejor si estamos viviendo una situación de dependencia, reunimos una serie de síntomas que pueden ayudar en el proceso de identificación y tomar medidas.


La adicción

Antes de entrar en detalle sobre la relación entre nosotros y el celular, es fundamental entender qué es una adicción y qué la caracteriza.


Diana Sahovaler de Litvinoff, miembro de la Federación Psicoanalítica de América Latina, aseguró a Hipertextual que la adicción es “el apego a una sustancia o una actividad que se usa para tapar cualquier tipo de ansiedad, y cuya falta provoca mucha angustia”.


En algunos casos, las personas pueden generar un apego afectivo, por lo que les produce su relación con ese elemento, sintiendo que maneja la situación y tiene control sobre le consumo o acceso, pero en realidad no es así.


Síntomas de la adicción al celular

Un aspecto que destaca Sahovaler es que se suele pensar que el apego a los celulares solo afecta a los niños y jóvenes, por las tendencias actuales en las que ellos han convivido con estos dispositivos desde más pequeños.


Sin embargo, “la adicción también puede verse en los adultos, y a veces lo traslada a los hijos. Lo que pasa es que el adulto, cuando ve al niño o al adolescente entretenido con el teléfono, se siente excluido. Entonces aparece una reacción”, y lo que sucede es que el adulto interrumpe el placer en el niño, porque es algo que “el padre no es capaz de tener”.


Este contexto hace que todos seamos susceptibles a vivir una situación así y encontrar la línea límite no sea sencillo, porque creemos tener el control de la situación. Para encontrar claridad sobre esa frontera entre la adicción y el uso cotidiano, James Roberts, profesor de mercadeo en la Escuela de Negocios Hankamer de la Universidad de Baylor, en Texas, realizó una investigación y encontró seis síntomas con los que podemos sentirnos identificados:


1. A qué hora revisamos el celular por primera vez

Según la investigación de Roberts, el 68% de los estadounidenses duermen con el celular junto a la cama, esto lleva a que durante la fase de sueño se esté susceptible a notificaciones y revisemos el celular en las primeras horas de la mañana. La recomendación del estudio es no hacerlo sino hasta después de las 8:00 a.m.


2. Revisión constante

En el celular suelen estar instaladas redes sociales, aplicaciones de compras, correos electrónicos, videojuegos y una lista larga de apps que generan notificaciones. En caso de sentir que cada vez que suena el dispositivo hay que verificar qué es lo que ha llegado, seguramente se está viviendo una situación de euforia que se vuelve adictiva, por suplir la necesidad de ver la alerta.


La recomendación es mantener el celular en silencio o quitar los permisos de notificaciones a las aplicaciones que no son necesarias y dejar solo ese acceso a aquellas que envían mensajes importantes.


3. Primero el celular

Una de las consecuencias de cualquier adicción es que aleja a la persona de su entorno social y de los vínculos humanos. Es posible que el uso excesivo de del teléfono esté llevando a una situación así, prefiriendo interactuar con el dispositivo y no con las personas cercanas, dejando de salir casa o poniendo el celular en primer lugar en reuniones o eventos.


4. Celular lejos

Este es uno de los más evidentes, al experimentar estrés, ansiedad, irritabilidad, desesperación y pánico si el teléfono está lejos, apagado o no podemos usarlo. Un signo claro de dependencia por tenerlo en la mano o solo desbloquear su pantalla por unos segundos.


5. Quejas del entorno

Una persona que tiene una adicción está segura de que está controlando la situación. Pero las personas que están cerca de ella le harán saber qué está actuando mal y que se ha alejado. Esas palabras son una alerta para tomar medidas y no alejarse para evitar que el dispositivo se vuelva el centro de nuestra vida.


6. Ansiedad por likes

Por último, Sahovaler de Litvinoff asegura que la dependencia por recibir ‘me gusta’, llamadas o mensajes, es una muestra de la necesidad por recibir algo del dispositivo. Para ella es clave ir con un especialista y entender qué está sucediendo con nuestra salud mental, porque el problema no es el celular, sino nuestra relación con él y el contexto que estamos viviendo.


Fuente: Infobae

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