Phil Collins estrenó un documental en el que revela su dañado estado de salud
Es difícil imaginar el mundo de la música sin el inconfundible ritmo de Phil Collins, un artista que dejó una huella indeleble tanto como miembro de Genesis como en su exitosa carrera como solista. Pero detrás de los reflectores y aplausos, la vida del músico estuvo marcada por luchas personales y físicas que lo llevaron a reflexionar profundamente sobre su carrera y legado.
Salud y limitaciones físicas de Phil Collins
Phil Collins, quien comenzó a tocar la batería a los cinco años, enfrentó serios problemas de salud en los últimos años. En 2007, sufrió una lesión en la columna vertebral que le provocó un daño nervioso severo, afectando su movilidad y su capacidad para tocar la batería, un instrumento que él describe como su mayor pasión: “Si me despierto un día y puedo sostener un par de baquetas, lo intentaré. Pero siento que he usado todos mis kilómetros de aire”.
El daño físico también incluye el “pie caído”, una condición que redujo la sensibilidad en uno de sus pies, obligándolo a usar un bastón o una silla de ruedas. Aunque se sometió a múltiples cirugías, incluyendo intervenciones en el cuello en 2009 y 2017, Collins confesó: “Mis manos aún no pueden funcionar con normalidad, lo que hace imposible que toque la batería o el piano”.
“Si un día me despierto y puedo sostener un par de baquetas, entonces lo intentaré. Pero siento que he gastado todas mis millas aéreas”, añadió. “Todavía lo estoy asimilando un poco… He pasado toda mi vida tocando la batería. De repente no poder hacerlo es un shock”.
Además, durante años, luchó contra el alcoholismo, un problema que derivó en pancreatitis aguda y lo llevó a estar cerca de la muerte. “Durante meses estuve bebiendo vodka por la mañana y cayéndome delante de mis hijos”, confesó en una rueda de prensa en 2016. Aunque logró mantenerse sobrio durante tres años, hoy admite que puede disfrutar de una copa de vino con moderación.
Fuente: Infobae
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