Una noche repleta de encauchados: Así reaccionó Alejandro Sanz
A las 21:00 se vivió una fiesta en el estadio Modelo Alberto Spencer casi repleto de no solo guayaquileños sino también de fanáticos de todas partes que viajaron a la Costa ecuatoriana la noche de este 22 de abril para ver Alejandro Sanz.
Deja que te bese fue la canción que puso al público a bailar. Con su cabello blanco, unos lentes de sol y un traje azul eléctrico, el español tenía a sus asistentes debajo de la tarima coreando la letra de su movido tema musical con Marc Anthony.
“Qué romántico que es Guayaquil” fueron las primeras palabras de Sanz hacia el público que enseguida comenzó a emparejarse al escuchar el ritmo de Alma al aire. Santiago Barcos y Marna Bailey fueron una de esas parejas; los jóvenes llevan un año y medio de relación y su cariño se notaba en las letras que se dedicaban.
“Lo que más nos gusta de Alejandro es la letra que refleja en sus canciones, son muy románticas que te hace pasar un lindo momento en pareja”, mencionó el ecuatoriano, quien como acto de amor le compró un tique a su novia apenas supo del espectáculo.
“Cuando nos conocimos nos dimos cuenta de que a los dos nos gusta Sanz y cuando nos enteramos que iba a venir no dudamos ni un segundo en venir a verlo”, agregó.
Su canción favorita es una de las más antiguas del cantante llamada Amiga mía; es su elección personal para poner en la radio del auto cuando viajan a la playa.
En otra localidad se encontraba Susana Montilla, fanática de Sanz desde los 12 años. Ahora tiene 41 y no se ha perdido ni uno de sus conciertos: “Lo amo tanto que llamé a mi primogénita Alejandra por él”.
Raúl y Vanessa fueron en plan romántico, pero su hija María Paula, de 24 años, no quería perderse el concierto, así que se unió a la cita familiar. “Es nuestro cuarto concierto”, contó la madre, quien por primera vez vivía esta experiencia con su hija mayor.
Aunque quisieran estar en lo correcto, creen que el artista las miró un par de veces desde el escenario. Sanz fue muy dinámico con su público, quienes desde el principio mostraron ser muy fanáticos del español. A su lado subió a los ecuatorianos que conforman el movimiento artístico: Una Voz Ecuador.
Shalom Mendieta fue la voz que lo acompañó en la canción Looking for Paradise, representando al talento local. En el público alguien levantaba la camiseta de la selección ecuatoriana de fútbol con el apellido Sanz y el número 10, a lo que el artista sonrió y se mostró contento por el detalle.
Recordó el último concierto que hizo en 2020 que justo fue en Cuenca. “Las ganas pueden más que todo lo demás, esto que hacemos aquí es magia y eso nos hace volver una y otra vez. Gracias por permitirnos volver a su ciudad y a sus corazones”, dijo.
Los asistentes se mantuvieron encendidos en todo momento, a pesar de que para la mitad del concierto caían aguas torrenciales y en vez de verse cabezas a lo lejos, se veían encauchados.
El español no dejó pasar esto, hasta incluyó la frase “aguacero en Guayaquil” en una de sus canciones pero no se quejó mas bien dijo que las lluvias en Guayaquil son románticas. Al final del concierto varios fanáticos quedaron inconformes por no escuchar el repertorio completo del artista y culpan a la lluvia.
“Una más y no j****s más”, coreaba el público para que Sanz no se vaya del escenario. El concierto empezó a las 20:50 y terminó a las 22:40.
Fuente: EL UNIVERSO
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